Anteayer arreglé las bisagras de mi laptop... es que estaban sueltas. Desde el resfrío que me molestaba que la pantalla del compu se moviera tanto: cada vez que tosía, creía que hacía cóctel de pantalla. En youtube no encontré nada que me ayudara mucho, pero en hp.com encontré las instrucciones oficiales para desarmar un Presario serie v3000 (oh! como el que tengo!!), y... manos a la obra!!! Quitar tornillos, clasificarlos por tamaño, desenchufar las antenas de la tarjeta (wireless), quitar el teclado, desenchufarlo, desconectar micrófono y no me acuerdo qué más, para por fin sacar el "monitor", quitarle su marco y por fiiiin!! llegar a las bisagras. Qué suerte! No estaban rotas, sólo sueltas. Las atornillo bien, y proceso inverso. En realidad las instrucciones no eran del todo precisas, pero todos los dibujos se correspondían con lo que mis ojos observaban. Sergio desatornillaba... pero curiosamente los tormillos que parecían pegados los quité yo, con fuerza, pero no de bruta. Mis hermanas se asustaron, mis primas también: creyeron que mi compu no prendería nunca más, pero aquí está: prende la pantalla, windows OK, se conecta a internet inalámbrico, funciona todo lo que desenchufé... aunque aún no pruebo los micrófonos, pero hasta el momento funciona como siempre. Ahora tengo ganas de abrir el compu de mi prima... que sólo es más viejo que el mío; hace años que no prende, así es que difícilmente quedará más inutilizable, no?? Creo que mis ganas de aprender mecánica de autos se pueden quedar tranquilas por un buen rato... mientras me entretengo desarmando laptops :D
Mis dientes tienen juguete nuevo... Más bien dicho, mi boca tiene juguete nuevo (que juega con mis dientes): un lindo set de brackets con sus respectivos agarres varios. Llevo más de 30 horas con ellos y ni pan de molde puedo comer sin que me duela. Mi hermana dice que a ella le dolía hasta la nariz. Supongo que aún estoy dentro de lo normal entonces. Mi cabecita ya está planeando menú de niña sin dientes (dientes presentes y no disponibles). El menú solía consistir en puré con huevo frito y ensalada de tomates, pero nunca tuve que comer eso por más de un día, hasta hoy. Ahora recuerdo mejor que nunca que toda carne sobre-sobrecocida se vuelve muy blanda, y no hay necesidad de usar cuchillo. Recuerdo que aún puedo comer humitas, y hasta una especie de papilla de arroz que mi mamá nos hacía cuando bebés... Obviamente yo no me acuerdo de que me dieran eso a mí, pero sí me acuerdo de que cada vez que se lo preparaban a alguna de mis hermanas, era preciso cocinar un poco más; si tengo en mente las proporciones, la verdad es que yo me comía el 70% del total, así es que no sé qué es más correcto: decir que ese poco más era para la bebé de turno, o decir que había que cocinar mucho más porque yo adoraba esa comida para bebés. Creo que le pediré a mi mamá un poco de comida para bebés :D
El pastel de choclo también puede ser buena opción, y hay que recordar que se puede hacer puré con toda leguminosa. Oh! el arroz glutinoso... Pensándolo de nuevo, en realidad es posible cambiarle la textura a todo lo que se come, para evitar masticarlo, y manteniendo el sabor de las cosas. Ah... las hortalizas crudas pueden ser un problema... ¿Dónde estaría la gracia de una ensalada de lechuga si la licúo? Pero bueno, pierde parte de su gracia, pero no pierde el sabor. Para transformar golosinas crocantes en cosas no masticables habrá que pedirle ayuda a Adrià, porque a mí -que conozco el Boragó sólo por fuera- no se me ocurre. En todo caso, hoy comí Gatolates, que se disuelven facilito en la boca. Los pasteles de bizcocho tampoco causan problemas... siempre que el bizcocho sea decente, y no esos queques más duros que el pan de hace tres días, que se hacen pasar por bizcocho porque van cubiertos con crema y rellenos de mermelada. En todo caso, todavía existen cuchillos y tenedores, para ayudarme a no morder más de lo necesario. Quiero aprender a hacer masa phyllo... no tiene nada que ver con mis dientes, pero tengo ganas de ver cómo se hace esa masa; sé que es tan difícil que preferiré no hacerla (casi) nunca, pero quiero saber cómo se hace. Ya sé los ingredientes; lo que no sé es cómo hacer que quede taaaaaaaan delgada. Sueño con hacer un baklava gigante...
Ayer compré otro libro de Amy Tan. Ídola ella... me encanta. Es gringa, tiene más de 50 años, es descendiente de inmigrantes chinos (del norte)... y en sus libros siempre aparecen cosas que no sólo he observado en persona, sino que he sentido. Creo que en el mundo existe alguien que se parece a mí en algo importante: en sentir la diferencia entre dos mundos... y... en tener una relación no muy normal con nuestras respectivas madres. Cuando la leo me siento comprendida, aunque ella ni sepa que existo; no me siento identificada con la ficción, sino con sus observaciones sobre lo que dicen o hacen los chinos... puedo decir que comprendo muy bien esos guiños de realidad que para otros sólo son parte de una narración.
Mi hermana tiene una linda colección de libros lindos... que podrían caer en la sección de autoayuda. Pero son liiindos...
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¿Cuál es el primer día del año?
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El día de hoy.
...en Preguntario, de Jairo Aníbal Niño.