Esto de estar reconcilíandose con el mundo exterior trae un par de desventajas: no implica -ni de lejos- renacimiento motivacional, y la constante búsqueda (o intento de búsqueda) de algo que me mueva me está provocando problemas estomacales. Si alguna vez fue todo el cuello la parte de mi cuerpecito la que se quejaba de la vida, hoy es el intestino. Yo creía que era mentira que esas cosas pasaban... también creía que era imposible desmayarse por ver sangre, hasta que me (casi) pasó.
La semana pasada pasé cuatro días con un celular touch-screen. Como juguete, sirve para jugar. Como herramienta... paso. Prefiero los teléfonos con botones de verdad. Prefiero teléfono, cámara y PDA por separado, aunque ocupen más espacio. Prefiero mi vieja Palm TX con su pantalla gastada antes que el lindo celular multifuncional que sólo quiero vender... pero no puedo. No es fácil vender lo que me han regalado.
Vi el último capítulo de la temporada de Grey's Anatomy, y fue tan increíble como Romano y los helicópteros en ER. Vi el último capítulo de la temporada de House, y... ¡¿Cómo me vienen a hacer esto?! ...estaba entretenido eso de que existiera Lucas. Terminamos de ver la segunda temporada de Los Simuladores (originales, argentinos) y... bueno... era el capítulo final de la serie, no de la temporada, así es que sólo puedo decir que lo pasé bien mientras la veía... e igual me la compraría en DVD si es que existe.
Mi hermana me propone usar visión de corto plazo para moverme por el mundo. ¿Qué tan corto es el corto plazo? ¿Quién decía que el corto plazo está a la vuelta de la esquina? Mi ánimo se ha revuelto en el último par de semanas; he estado feliz, he estado triste... ahora mismo tengo ganas de llorar y no sé por qué. Tal vez lloraría si supiese por qué. Creo que se necesita cierta estabilidad anímica para poder hacer las cosas que se quieran. Ni sé qué quiero, ni sé si puedo. Hoy, según yo, el corto plazo está en todas partes y en todo momento. Y en ninguna parte, y en cualquier momento. Quiero dejar de sentir que las cosas nunca son lo suficientemente buenas. No es lo mismo saber que eso es falso, que dejar de sentirlo. ¿Quién puede controlar bien lo que siente? Si es que se puede, no ha de ser instantáneo. ¿Alguien que me salve?
Mis dedos sienten frío. ¿Y ahora, qué?
Me gustan los tazones blancos, son lindos así... También se pueden pintar.