Llevo días creyendo que tiembla. No creía que fuera pa tanto. Pensaba que estas cosas le pasaban sólo a la gente alharaca o angustiosa por naturaleza. No paso el día sintiendo temblores, pero por algunas horas, después de cada réplica fuerte, siento que tiembla... pero no es cierto que esté temblando.
No me asusté con el cuasiterremoto ni con sus réplicas inmediatas. No creo que los temblores me parezcan algo normal, porque sí me toman por sorpresa. La cosa es: me sorprendo, me dedico a sentirlo, y espero a que termine, eso es todo. Entre medio, la conciencia funciona a escondidas, recordando si hay o no hay algo que deba preocuparme porque puede caerse sobre mí.
Sólo una réplica me asustó hace poco, gracias a una sola sacudida fuerte, más encima en mi cama, medio sentada, recostada sobre la cabecera, con la cabeza apoyada en el respaldo de la cama... me pegué. Y como soy humana, en estos momentos estoy lista pa pegarme de nuevo si la tierra nos regala otra sacudida violenta (mi cabeza se apoya en el mismo respaldo de madera).
Hoy fue un día de adicción a internet. ¿O no tanto? La cosa es que estuve todo el día leyendo emol, facebook, y todos los links que salieran de ahí. Hasta desactivé el facebook filter que instalé pa no ver más wevadas de la cuenta. Hay días en que me pasa esto. Y cada vez que pasa lo odio más. Pareciera que el exceso de información es adictivo. Es cosa de mirar todos los papers sobre floración y polinización y todo lo que se relacione con ello... Hay gente que entrega sus proyectos de título con una bibliografía que no alcanza ocho fuentes, y yo tengo esas ocho multiplicadas como por siete. Ahora (tres segundos después) creo que no es exactamente el exceso de información lo adictivo, sino el hambre de saber; el exceso de info es sólo la forma en que aumenta la probabilidad de encontrar cosas que quiero saber.
Hace días que veo las noticias a cada rato. También van varios días de revisar facebook más de dos veces por día, y lo mismo con los e-mails. Parece que quiero saber algo... parece que es la misma ansiedad que arrastro desde antes de mi anterior posteo, y que se fue a toda página web que parezca interesante.
(minutos después)
En realidad ando terriblemente ansiosa. Yo creía que me estaba haciendo amiga de Morfeo, pero ya no lo creo: he dormido siesta dos días seguidos, o sea que Morfeo juega sucio. Mi manía oculta se ha hecho más presente. También he revisado las visitas que hemos recibido mi blog y yo, lo cual no es habitual (mucho menos dos veces en un día) pero me ha servido para descubrir que mi posteo estrella es aquél en que me pregunto por el significado de desapercibido (al parecer es la gran duda en México), y para saber que alguien busca la no-palabra destrellante (la cual se me ocurrió el día en que quise tener blog nuevo). También ha contribuido a la ansiedad, porque la personita que puso la no-palabra en google estaba conectada desde la FAIF, y me hace sentir un poquito perseguida, pero no tanto como cuando me perseguían de verdad.
Varias veces en la vida he pensado en que me gustaría ser tonta, para darle menos vueltas a las cosas, para preocuparme menos, para disfrutar más...
...Ignorance is bliss, aunque después cambie de opinión.