Confesaré que he pasado más de dos horas viendo qué cosas venden en thinkgeek.com... y hay varias que me gustaría tener. Confieso también que duermo siesta cuando paso la tarde en casa de pololo, porque él duerme siesta cuando está en Sergiolandia. Y confieso que duermo tan profundamente que llego a fase REM: durante el sueño de la tarde de ayer, quería subirme a un tren, pero no podía... siempre había gente. Se iba un poco de gente y llegaba otro poco de gente -como en el metro- pero yo no alcanzaba a subirme. Perdí dos trenes. Traté de subirme a los carros en que nadie se subía, pero eran de carga (uno de ellos estaba lleno de ataúdes viejos). Incluso traté de subirme a lo bruto, como los demás, pero tampoco pude. Al final, después de no entender por qué no era capaz de subirme al carro de carga que no estaba lleno, traté de irme caminando, pero aunque caminaba, no tenía idea de dónde estaba ni a dónde iba...
La noche anterior volví a soñar que volvía a la universidad, pero esta vez estudiaba Comercial. Y como en el sueño del día siguiente, no tenía idea de lo que hacía ahí. Mi amiga Magda lo tenía todo claro, pero yo no. Después la cosa se volvió una película, arrancando de alguien desconocido, sin saber si quien se asoma por la puerta es el perseguidor u otro perseguido. Pero no era película de terror... ¿¿tal vez una de suspenso?? Anyway, queda claro que no tengo idea de dónde estoy parada, ni a dónde voy, y que por mucho que quiera, no me parezco al resto de la gente (tengo claro que eso de querer ser tonta no va a funcionar).
Estoy de vacaciones: no-psicoloco, no-loquero, no-dentista por un buen rato. Hummm... falta apodo pal dentista... ¿dientólogo? ¿ligadiente? ...nah, creo q de momento "dentista" ya suena como apodo de "odontólogo", aunque suene re-normal. En fin: en eso consisten mis humildes vacaciones... no se descarta la posibilidad de salir de paseo por ahí, aunque preferiría pasear en temporada baja (ésa soy yo: siempre queriendo evitar el horario peak).
Sergio suele molestarse cuando le digo que el motivo por el que no quiero ir a su depto (por la tarde de un día de semana) es el exceso de gente en el metro. Yo me molesté cuando me dijo que no le gusta comer pescado con espinas cuando tiene hambre. Supongo que en el fondo es lo mismo, pero no hay caso: él seguirá molestandose porque el amor no es suficiente motivación pa aguantar las aglomeraciones de las seis de la tarde, y yo seguiré molestándome porque el hambre no es suficiente motivación para comerse el pescado, o el pollo... o cualquier animal muerto que contenga sus huesitos. Como este blog es mío, tengo que aclarar que el pescado cocido sin filetear es obra de mi hambre, del querer comer lo más pronto posible... lamento que mi pololo necesite satisfacer el hambre de una forma cada vez más cómoda (la intensidad de su hambre es directamente proporcional a la cantidad de comida requerida, y a la facilidad con que ésta pueda ser consumida). Si en momentos como estos yo odio a su madre por ofrecerle siempre más comida-siempre-lista, ¿odiará él a la mía, que siempre prefiere evitar las aglomeraciones?
Me duele la guata... necesito almorzar.