20131014

Conversaciones ajenas 2

Un par de car'e cuicas (usted sabe que no me refiero necesariamente a una mujer probablemente rubia o de alto poder adquisitivo) caminando por calle Encomenderos:

—Súper trabajadora ella (incluya tono de comentario sincero).
—Sí... no sabís... Fíjate que una vez se puso a vender sándwiches de ave-palta, jamón queso... qué se yo; y ella cocía el pollo, ella lo picaba, y ella pelaba las paltas y las hacía puré, y armaba los sándwiches y...
—¡Uy! O sea que ella hacía...
¡Todo eso!

Dah..! ¿Creía que los sándwiches crecen en las góndolas del supermercado acaso?


Y según el contador, esta tontera es mi post n° 100.

20131002

Cosas que se quedan 'pegadas' en la cabeza

Cosas que se quedan pegadas en la cabeza: canciones que gustan, canciones que no gustan, encontrones, discusiones feas, robos, tragedias que plagan medios de comunicación, gente que se suicida... son cosas que pueden no dejarte dormir. Como a mí.

1° de octubre. 17 horas.
Llamada telefónica. "Se escucha mal" dice pololo, y lo mismo pienso yo. "Sal afuera, que no te escucho" (...) y cuento corto, resulta que me está esperando al frente. Sorpresa. Felicidad. Lo invito a tomar un café, y enfilamos al Costanera Center, solo por caminar un poco más. Quinto piso, McCafé. Latte decente, mas no espectacular. Pastel de manzana que se notaba descongelado. Cheese cake con arándanos grandes, no tan descongelado, y lleno de gelatina.

Hay tres personas que ocupaban la mesa alta de la entrada, seguro que trabajan en McD (uno lleva uniforme de jefe). Oigo gritos, insultos, parece que son contra uno de los tres. La chica contiene al insultado para evitar que responda. El insultador sube la voz... no sé cómo hicieron para que se alejara. Fui al baño. Volví. Me puse la chaqueta, nos fuimos.

Camino a la salida del mall, pasamos a mirar en un par de tiendas, nada en especial. Chucherías de cocina, bolsos... vamos bajando. ¿En qué piso estamos? Segundo. "Hummm... salgamos por la pasarela", dije. Nunca salgo hacia la pasarela, siempre por la entrada principal del primer piso. Camino a la pasarela, descubro que hay una tienda junto a H&M. Diálogo sobre la conveniencia de su ubicación: es la primera tienda que se ve desde esta entrada, pero no se ve cuando entras por otro lado y caminas por el mall. Miro el espacio-galería y su instalación de ¿peces? ¿aves? de colores fuertes.
Salimos por fin a la pasarela, caminamos, me fijo en las plantas de las jardineras, siento dos o tres cosas negras que caen por allá afuera (visión periférica, fuera de mis anteojos), y un fuerte suspiro-sorpresa (mala sorpresa). Veo a un tipo que lleva un par de cajas de cartón que caminaba alejándose del mall, deja las cajas en el suelo y se devuelve. Nos asomamos hacia la calle, estamos arriba, junto a la escalera que da a los cafés del primer piso. Hay una mujer en el suelo. Cabeza hacia el sur, boca arriba, ojos cerrados, pelo negro, suéter rojo, chaqueta corta y negra, pantalones negros ajustados, botas negras (¿o botines?). Inmóvil. Su brazo izquierdo doblado de tal forma que su mano queda junto a su cara, como apuntando a la sien con el dedo índice. Pasa un carabinero, ve que no responde. Se aleja. El tipo de las cajas vuelve a recoger sus cajas y se va. Una carabinera revisa los signos vitales de la mujer, y se vuelve (supongo que para pedir ambulancia). Carabineros empieza a formar un perímetro. Una chica rubia de abrigo claro se acerca a ofrecer ayuda, revisa signos vitales, decide iniciar RCP. Saca una bolsita plástica al tiempo que le explica a carabineros y se acerca un joven de negro a ayudar también. Ella cubre la cara de la mujer con la bolsa, preparándola; se pone de acuerdo con el joven: él hará las compresiones, ella la respiración. Inician compresiones... "Mi amor, ya vámonos, no hay nada que ver", le digo a pololo, y seguimos cruzando la famosa pasarela...

Insomne, leo las noticias: se llamaba Lorena Pérez, tenía 34 años y un hijo recién muerto en el Calvo Mackenna. Ella terminó de morirse en el Hospital del Salvador, porque el que está enfrente del mall no tiene para atender estas urgencias.

Yo sé que esto no se hace, pero no puedo evitar pensar que si hubiese salido del mall por donde siempre, ella habría caído frente a mí.


Y heme aquí, con el insomnio volviendo lentamente, excepto hoy, que me visita con ganas.