20110525

¿Un Completo?

¡¿Día nacional del completo?! No creo que pueda llamarse "día nacional" sin una ley que lo indique, pero así es como lo he visto publicado y anunciado hasta en las noticias. El 15 de mayo, día nacional del pisco, pasó sin pena ni gloria (y yo creo que el pisco también es chileno), pero el día del completo... ufff, hasta despachos en vivo para el noticiario de la tarde (periodista, camarógrafo y quién sabe quién más, estorbando en un lugar lleno a la hora de almuerzo), desde uno de los locales de la cadena que ha creado este día del completo. Esa cadena de sandwicherías se llama Dominó, y sus completos no son de mi agrado por completo. Por cierto, ¿por qué se les llama "fuente de soda" a las sandwicherías, si sodas son lo que menos venden? ...y encima a éstas les llamamos bebidas. Pero bueno... ya que este año Doggis bajó el precio de sus completines (que tampoco me gustan) por un día, y Telepizza estrena 3x1, creo que pronto vamos a declarar la tercera semana de mayo como la "semana de la comida chatarra".

No es difícil imaginar que el completo chileno debe ser un derivado del hot dog. Mi imaginación dice que a falta de un embutido de calidad, el hot dog que se trató de vender en un comienzo resultó ser fome, y empezó a requerir algo más que salsas para tener gracia. Luego imagino que obtuvo el chucrut gracias a algún inspirado en el sauerkraut que acompaña a alguna buena wurst. Aún no llego a crear una historia para el aterrizaje del tomate y la salsa de encurtidos sobre nuestro sándwich nacional en su versión tradicional. Sí, acabo de llamarlo "sándwich nacional"... por sobre las marraquetas con palta y por sobre el "sánguch'e potito". Sabemos que el completo "italiano" no viene de Italia, y que recibe su nombre inspirado en los colores que trae, pero... ¿por qué palta? Otra vez mi imaginación al ataque: sume usted, gente que odia los encurtidos por el olor a vinagre, y gente que adora la palta... dan como resultado la "vienesa-tomate-palta-mayo". La gente que odia encurtidos y palta simplemente pide la versión "tomate-mayo", y la gente que ama ambos ingredientes, pide el "dinámico"... aquí falla otra vez mi imaginación, porque no sé cómo le habrán dado ese nombre (tal vez hay que moverse mucho y rápido para poder comérselo limpiamente).

En mi niñez, prácticamente vivía en un restaurant. Pero en el restaurante de mis padres no habían sándwiches sino frituras; no había "menú del día", sino una larga lista de platos para escoger ser preparados en el momento. Y -a diferencia de lo que ocurre en los hogares del otro lado del mundo- el arroz saborizado no estaba hecho con las sobras de comidas pasadas. Entonces, en mi niñez siempre hubo comida para escoger, pero no habían completos dentro de las posibilidades... hasta que alguien me mostró uno.

No sé cuántos años tenía... cinco, seis, siete, ocho... ninguno de esos números me llama especialmente la atención... tal vez el siete... o el seis... ya, me doy por vencida. No sé cuántos años tenía, pero sé que eran pocos, y sé que puedo usar la frase "tierna infancia" para describirlos. La cosa es que alguien del restaurant se compró un completo, en la fuente de soda de enfrente (el término "sandwichería" queda chico en este caso), pero para llevar, y vi a esta personita comerse ese sándwich extraño que había comprado... y definitivamente no entendí qué diablos era eso. Después de que me convidaran un poco, sólo recuerdo que me gustó, pero para entender qué era realmente, tuvo que llegar el día en que compré uno para mí.

Pasaron muchos días (tal vez semanas) antes de que pudiera tener un completo para mí. Fue un día en que tenía hambre, y mi mamá estaba especialmente ocupada en la cocina. Yo no sabía qué comer, y de verdad que tenía hambre (como pocas veces)... y de pronto se me ocurrió: ¡un completo! En ese momento, no pensaba en escudriñar el contenido del sándwich extraño. Quería comer algo, rápido... y ¿qué podría ser más rápido que comprar algo en el restaurante de enfrente? Así es que le pregunté a mi mamá si podía, y mi mamá dijo que sí. Dijo que le pidiera el dinero a la cajera y que fuera a comprar con mi nana. La cajera se espantó cuando le pedí 500 pesos para comprar un solo completo... Yo estaba pidiendo un billete, mientras que un completo costaba menos que un par de monedas grandes. Era la época en que existía el billete de 500 pesos, y yo estaba pidiendo uno de esos, porque no tenía idea de lo que costaba un completo: ciento noventa pesos (cinco pesos más y te daban una cajita de poliestireno expandido, para llevarlo). Con lo llena que me dejó, me pareció una ganga... tanto que empecé a frecuentar los restaurantes y fuentes de soda que se encontraban en las dos cuadras que separaban nuestro restaurant de la Alameda: eran cuatro, más una pizzería y otro restaurante chino. OK, "frecuentar" es un verbo un poco exagerado, porque tampoco era que comiese completos en forma compulsiva ni a diario. Lo que hacía en realidad era comprar completos en distintos momentos... y a veces un local estaba cerrado, o no tenían salchichas... así, terminé conociendo todas las fuentes de soda de la primera cuadra de Santa Rosa. Pero en estas salidas no me acompañaba mi nana, sino mi mamá. Y fue gracias a mi mamá que degusté completos en otros barrios, no porque ella me llevara a comer completos, sino porque a veces -cuando salíamos- le preguntaba si podíamos ir a comer uno.

En aquél primer completo exclusivamente mío, descubrí cosas... como el chucrut y la salsa "americana", que eran ingredientes fuera de mi alcance (el de mí-niña-chica). Hasta entonces, sí había probado el pan, y había probado los tomates crudos (en China se los comen cocidos), pero descubrí que aunque las cosas tenían sabores propios, surgían sabores nuevos al ponerlas juntas y sin revolver... y también la mezcla entre productos cocidos y crudos era nueva para mí.

Después de completos probados en varios locales, y también después de hacer completos en casa, encontré el completo que más me gustaba: estaba casi tan "lejos" como la flor de los siete colores, en el barrio, y por muchos años los compré ahí. No divulgaré el nombre del local sin haber ido de nuevo a comprobar que sigan siendo asi. Han pasado años desde que me cambié de casa, y los mismos años han pasado desde que no como un completo en aquel lugar, así es que sería irresponsabilidad máxima publicar esa información. También pienso en el señor que los hacía, y por la edad que debe tener ahora, es probable que ya no esté ahí... y no es de locos pensar que si él no está, los completos ya no sean lo mismo. ¿Qué tenían esos completos que no tengan otros?

Mis completos favoritos tenían pan y vienesa, bien calentados sobre una plancha, y debo explicar eso de "bien calentado": Se trata de que el pan quede ligeramente tostado por fuera (sin crujir) y caliente por dentro, como la vienesa. El pan además, es tipo frica, suave y de tamaño medio: ni tan grande como para esconderlo todo ni tan chico como el pan de hot dog Ideal; tampoco es cualquier masa: ni tan chiclosa como para aburrirse masticando, ni tan suave como para romperse sola (como los panes de Ideal). Las salchichas que suelen usarse para el completo nunca han sido más que comunes y corrientes, pero deben estar ahí... serán pura proteina vegetal y grasa, pero son necesarias... y es necesario que estén bien calientes, no muy calientes, sino calientes hasta el centro. El pan pasa sobre la plancha tanto tiempo como la vienesa.

Mis completos favoritos sí contenían salsa americana y chucrut. La salsa de encurtidos debe ser de buena calidad: los pickles están muuuy finamente picados, nunca molidos; y el vinagre escurrido por completo. Esto último también aplica para el chucrut, que además ha sido aligerado con un poco de agua para quitar el exceso de vinagre. Al comer mi completo favorito no había problemas con las largas tiras de repollo que se salen casi como ovillos, arrastrando tomate y mayonesa con ellos, o que hay que comer como si fueran spaghetti (en ese caso, yo sería la dama, y mi hot dog, el vagabundo) del que da miedo tirar incluso con los dedos, para evitar la posibilidad del ovillo ya descrito... no, en mi completo favorito eso no ocurría, porque hay un señor que picó el chucrut con antelación, aunque no lo ha picado en demasía, porque el chucrut sin su forma no sería lo mismo.

Mis completos favoritos tenían tomate picado en cubitos pequeños; el mismo señor que picaba el chucrut con anticipación, picaba el tomate mientras se calentaban el pan y su vienesa. "Cubitos pequeños" son cubitos de medio centímetro, aproximadamente, que en ningún caso parecían salsa. Tampoco escurría el jugo en demasía, no sólo porque picaba los tomates en forma exclusiva para cada pedido (aunque estaban rebanados desde antes... para las pizzas), sino porque la sal sólo llegaba -en cantidad justa- después de que los cubitos estuviesen sobre mi sándwich, listos para recibir su dosis de mayonesa casera, batida a mano, hecha con un huevo, mucho aceite de maravilla y -de nuevo- la cantidad justa de sal.

Mis completos favoritos tenían la particularidad de ser armados con un tenedor. Un tenedor limpio con el que las manos del señor del chucrut y del tomate, ponían las cosas en su lugar. El tenedor bajaba a buscar un poco de salsa americana y luego un poco de chucrut, y ponía cada cosa en su lugar, presionando un poco para que nada se salga fácilmente de su lugar, sin poner nada de más, y -lo más importante- sin poner menos de nada. El tomate llegaba a su lugar gracias al cuchillo de medio golpe y de buen tamaño que el señor usaba también como pala/espátula, pero el tomate se asentaba gracias al tenedor, y era preciso hacer entrar todo el tomate que se había picado (tres a cuatro rebanadas por completo). Con todo bien puesto sobre el pan, la mayonesa escurre, y nada se mueve, salvo algún cubito de tomate en los extremos de mi completo perfecto.

Habiendo descrito los detalles de mi completo favorito, ¿puedo gustar de un completo Dominó? O sea... estamos hablando de un pan blandito y medio chicloso, que se calienta rápido y apenas, al que le ponen una salchicha frita (una salchicha frita no necesariamente cruje) porque es la manera más rápida de calentar una salchicha. Luego le pondrán sus otros ingredientes, que -no sé cómo lo hacen, pero- al final se caen fácilmente cuando hay una víctima que trata de comerse el completo final... en especial el tomate, que viene no sé si en cubos grandes o en salsa... o las dos cosas al mismo tiempo, y los cubos ya no pueden llamarse cubos ni nada por el estilo porque están lejos de tener aristas definidas, después de quien sabe cuántas revueltas de cuchara. ¿Y la salsa tártara que no es tan tártara (pero es insípida y bien aguada)? Lo único que puedo disfrutar en un completo de Dominó, es la salsa verde (que no es tan verde)... es que no es fácil encontrar un completo con cebolla, como tampoco es fácil armarse de paciencia para ir a equilibrar algo que sé que va a perder parte de sus ingredientes antes de que me los pueda comer. ¿Mencioné que mi completo favorito normalmente se podía comer entero, sin perder un gramo de él?

También podría despotricar contra Doggis... pero me cansé de escribir, aunque tengo algo mejor: El completo (da lo mismo si es Doggis o Dominó) es el reflejo de Chile: el completo parte como hot dog, sencillo, pero no le gusta a nadie, le ponen más cosas, le sacan cosas, le quieren cambiar lo que tiene... nunca nadie está conforme, siempre hay que hacerle un cambio o una excepción para que sea aceptado. Al final, cuando ya están conformes, no se lo pueden comer bien, porque aunque tiene todo lo que quieren, está mal hecho.


Al parecer, llevaba un buen tiempo sin escribir.




Nota: Me dicen que Doggis inventó el día del completo y que es justo un día antes del aniversario de Dominó. Sea como sea, mi completo perfecto sigue ahí.