20081021

Me estoy cansando

No sé de qué. Me canso. Me siento cansada. Quiero estar todo el día en mi cama, escondida del mundo... otra vez. Mi estado natural es el mismo que un saco lleno de papas: horizontal. Sí puedo estar de pie, pero eso requiere de esfuerzos adicionales. Ahora sí me levanto por las mañanas, pero me vuelvo a acostar y ahí me quiero quedar, como esperando despertar en otro planeta, o siendo otra persona.

Hoy me llegó otro mail del tipo "vea el mal que aqueja a otros, siéntase mejor: sus problemas son una mugre", y la verdad... menos mal que las fotos no cargaron bien, pq ahí sí que me habría dado rabia. Tengo sólo dos grandes problemas en esta vida, y solucionarlos no ha sido fácil. Ir al loquero es mucho menos fácil de lo que parece. Tomar flores de Bach para que mis dos no-familiares estén tranquilos es una lata. Que mi terapeuta floral sea psicóloga también, hace que el esfuerzo por ir a controlarse sea del mismo tamaño que aquél necesario para ir al psiquiatra. Y mi otro gran problema me hace pensar demasiado, casi como para querer comprar asesorías filosóficas y completar el combo para el autocuidado y la sanidad (¡mental!). Yo creo que la Madre Teresa no le ayudaba a nadie si estaba resfriada. Yo también soy humana, y no me puedo preocupar del resto del mundo si no estoy bien en primer lugar. Lo lamento por los niños con hambre, en medio de guerras que no son suyas... Lo lamento por toda desgracia ajena: yo también quiero sobrevivir, quiero evitar un nuevo querer-no-despertar.

Dice mi psiquiatra que debo evitar el estrés durante lo que queda del año, y durante el próximo también. Pero me estreso pensando en lo que debiera hacer, en lo que no haré, en lo que debería estar haciendo... en lo que quiero hacer, en lo que podría hacer, en lo poco que hago... Una de mis teorías en la vida es que sólo el cobarde cree que ir al loquero es una salida fácil, tenga loquero o no. Al menos cuando todavía se tienen neuronas para pensar un poquito, la cosa no es tan fácil. No es fácil cuestionar la existencia propia: cuestionar mis quehaceres, mis pensares... cuestionar la relación que tengo con el mundo, buscar lo bueno y lo malo de mí, sin saber si hay algo bueno o algo malo, abrirse a pensar que no hay perfección, no hay puntos absolutos, pero que se debe buscar lo mejor... ver el futuro como un espacio-tiempo en el que no sé si quiero estar. Y las expectativas, que son un mundo en sí, que todos parecen estar de acuerdo en cómo sería o debería ser mi vida futura... y yo no tengo idea de nada. Por mucho que trate de pensar, de proyectar mi vida, no lo consigo. Y no puedo concentrarme en el mundo de hoy, porque el mundo de hoy me tiene obligada a pensar en cómo será mañana... ni se da cuenta de que me obliga, pero me tiene pensando en mañana, a mí, que siempre he actuado en el presente, porque mañana es sólo una consecuencia sorpresiva de hoy, y yo nunca pensé en la consecuencia. Por favor, déjenme tranquila. Se supone que debo evitar el estrés durante lo que queda del año, y durante el próximo también.

He asumido que no me gusta la carrera que estudié. Bueno, el estudio en sí fue agradable, pero sólo por el poco esfuerzo invertido. Lo que queda de carrera (o sea, trabajo) es la parte que no me agrada. O tal vez sí me agrada, pero no es lo que siento que quiero. Póngase alguien en mis zapatos. No quiero un título que sirve para algo que no quiero. Se supone que debo evitar el estrés. Ya estoy estresada. No me estresen más. Déjenme volver a sentir que el futuro es una sorpresa agradable. Déjenme seguir mirando hacia adelante como cabra chica. Quiero paz, pero en vida.


Hoy me siento como un punto en medio de la nada. Con todas las implicancias filosóficas que tal afirmación conlleva, y con todo lo ininteligible que pueda ser.